Aprendizaje por proyectos o PBL: un proceso integral de aprendizaje para la vida real
Para saber qué habilidades necesita un alumno para afrontar su futuro inmediato, la Universidad, y a medio y largo plazo, en el ámbito laboral y personal, debemos tener en cuenta las particularidades de este mundo caótico en el que vivimos, cuyas características han provocado la aparición del término VUCA (volatility, uncertainty, complexity and ambiguity).
Desde el Colegio CEU San Pablo Valencia, queremos que nuestros estudiantes salgan al mundo con la preparación necesaria para enfrentarse a él, que tengan las herramientas esenciales para entender los fenómenos más complejos de su entorno y que aprendan a gestionar la volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad.
Un ejemplo es la robótica, enseñarla en clase no es suficiente para vivir en el mundo de la robótica. El trabajo cotidiano lo va a realizar la inteligencia artificial y los jóvenes van a necesitar algo más: habilidades existenciales, habilidades VUCA.
Por eso, en el Colegio optamos por un modelo PBL, aprendizaje por proyectos, en el que los alumnos realizan un proceso completo de aprendizaje de una determinada habilidad, siguiendo una estrategia pedagógica, investigando, comprendiendo, construyendo,… Porque la inteligencia emocional se puede mejorar y cambiar con un trabajo focalizado e intenso.
La construcción de universos simbólicos, clave en el aprendizaje
Para aprender estas habilidades VUCA, los alumnos tienen que ser los protagonistas de un universo simbólico, en el que puedan entrar y desempeñar esas habilidades. No se aprende igual a gestionar el miedo hablando de él que entrando en el Hotel Transilvania al cruzar la puerta de clase. Con una pequeña decoración, los alumnos se transportan a un mundo de misterio que les atrapa desde el primer segundo.
Si uno se pasea por los pasillos y aulas del Colegio, se sumergirá en experiencias no en actividades, en mundos que generan emoción, sorpresa, misterio, vivencia, descubrimiento. Esto cala profundamente en los más jóvenes y, cuando sean adultos, recordarán la emoción que vivieron y este aprendizaje durará para siempre.