La formación en alto rendimiento, una apuesta asegurada
Guillermo González Cruz Soler, orientador de ESO y Bachillerato del Colegio CEU San Pablo Valencia ha publicado en La Razón un artículo en el que explica cómo nos hemos adaptado en el Colegio a la nueva situación educativa para continuar atendiendo a los alumnos con altas capacidades:
La comunidad educativa se encuentra ante uno de sus mayores desafíos. Las nuevas tecnologías (aunque hace tiempo que dejaron de ser nuevas) nos abordan y se han convertido en un poderoso aliado para los docentes. No hay más que ver cómo nos hemos adaptado a esta situación de confinamiento y la oferta educativa online que hemos puesto en marcha para nuestros alumnos. Pero el desafío no viene únicamente del lado tecnológico, en el que hemos tenido que reinventarnos para ir de la mano de la innovación. Uno de los últimos adalides en la educación engloba el ámbito de la inclusión, en el que hemos de tener en cuenta la amplia diversidad de los alumnos para poder atender a las necesidades de cada uno de ellos. Desde un punto de vista psicopedagógico, los distintos ritmos y estilos de aprendizaje son una realidad sobre la que debemos crear nuestra propia metodología.
Uno de los objetivos del Colegio CEU San Pablo de Valencia siempre ha sido fomentar que nuestro alumnado pueda alcanzar su máximo potencial, atendiendo, como es lógico, a las necesidades de cada uno de ellos. Es ahí donde entra en juego esta metodología, pilar básico sobre el que se sostiene esta formación, en la que hay que centrarse para dar respuesta no solo a los alumnos que presentan dificultades, sino también a aquellos que, por sus altas capacidades o competencias, ponen de manifiesto su necesidad de una atención personalizada. ¿De qué manera trabajamos desde nuestro colegio para dar respuesta a esta necesidad?
Este es el cuarto curso escolar en el que estamos inmersos en el Programa de Escuela Primaria y el Programa Diploma, dos de los programas que ofrece el Bachillerato Internacional. Una línea de educación que se centra en el alumno y apuesta por formarlos no únicamente en el aspecto académico, sino también en el crecimiento personal, con el objetivo claro de inspirar una búsqueda continua del aprendizaje, marcada por el decálogo con el que definen el perfil de alumno de su comunidad: indagadores, informados, pensadores, buenos comunicadores, íntegros, de mentalidad abierta, solidarios, audaces, equilibrados y reflexivos. Gracias a sus enfoques de enseñanza y aprendizaje basados en la observación, investigación, experimentación, indagación y resolución de problemas, los alumnos son capaces de construir de manera activa su propio aprendizaje, haciendo que afronten su educación con entusiasmo, creatividad, pensamiento crítico, optimismo, curiosidad e iniciativa, y sean capaces así de aplicar lo aprendido al mundo cada vez más internacional que les rodea.
La metodología del Bachillerato Internacional no hace otra cosa más que enfatizar una manera diferente de trabajar, una gran alternativa y oportunidad de llegar al alumnado. Pero no es la única. Desde hace varios años, todos los colegios de la Fundación CEU están llevando a cabo un plan de actualización pedagógica cuyo objetivo es el de adaptarse a las nuevas realidades que nos encontramos en la sociedad y en nuestros alumnos, para poder ofrecerles la mejor respuesta educativa. Uno de los principales focos de actuación de este plan es la diversidad metodológica, donde se han renovado y mejorado técnicas como el aprendizaje cooperativo o el aprendizaje basado en proyectos, así como otras, buscando esa actualización constante que todo buen docente debe aplicar en su enseñanza.
Estas técnicas están centradas en otro de los aspectos fundamentales y más recientes en el ámbito educativo, y que forman parte del eje central de la respuesta a las altas capacidades y a la formación en alto rendimiento: las competencias. Un término que engloba una combinación de habilidades, estrategias, conocimientos, destrezas, actitudes y otros componentes que busca poner en práctica los conocimientos adquiridos, conceptualizado en el eslogan “saber hacer”. Tanto el aprendizaje cooperativo como el aprendizaje basado en proyectos fomentan las competencias sociales más importantes a desarrollar en nuestros alumnos: el trabajo en equipo, la toma de decisiones y el liderazgo. Todas ellas fundamentales de cara a su futuro académico, profesional y personal.
Pero si hablamos de competencias, no podemos dejar de mencionar el término STEM (Science, Technology, Engineering y Mathematics), un modelo de aprendizaje basado en la enseñanza de estas cuatro áreas desde un punto de vista integral y aplicado, acercándolo así a la educación en competencias, gracias a su enfoque en la innovación o la creatividad. Se trata de competencias científico-técnicas que desarrollamos dentro de las propias asignaturas, los proyectos interdisciplinares y el trabajo en los laboratorios, pero también desde otras diferentes ofertas educativas de las que dispone el colegio, como son las colaboraciones en actividades y proyectos con la Universidad Cardenal Herrera, la participación en concursos y olimpiadas científicos, los simposios anuales de investigación o los retos matemáticos que ponemos a disposición de los alumnos que quieran “enfrentarse” a ellos. Sin embargo, el término STEM también se ha renovado con el paso de los años, y se le han añadido dos nuevas competencias que lo han convertido en el nuevo concepto STEAM (Robotics y Arts). Dos ámbitos también desarrollados desde el colegio, gracias a la asignatura de Robótica y, por otro lado, a la participación de los alumnos en concursos y certámenes literarios y de fotografía, así como la apuesta por la educación musical, en la que los alumnos tienen la oportunidad de formarse en una especialización musical a través de un plan de estudio específico.
A estas competencias debemos añadir otras de igual o mayor importancia, como la comunicación, trabajada y desarrollada no solamente desde las propias asignaturas sino también desde nuestro Taller de Oratoria, o el emprendimiento, gracias a dos proyectos pioneros que lleva a cabo el colegio. En primer lugar, el Proyecto CEU Emprende, en el que los alumnos proponen ideas de negocio en grupo para luego desarrollarlas y presentarlas a un jurado que las evaluará, fomentando así, una vez más, competencias transversales tales como la creatividad, el trabajo en equipo, el liderazgo o las habilidades comunicativas. En segundo lugar, el Programa CIUD (CEU Inschool University Diploma) en el que, a través de una estrecha colaboración con la Universidad y diferentes empresas punteras de nuestro entorno, los alumnos pueden trabajar los diferentes retos de innovación social propuestos por la ONU en sus objetivos de desarrollo sostenible.
No obstante, cuando hablamos de trabajar para alcanzar un alto rendimiento, no únicamente estamos hablando del ámbito académico, de lo puramente técnico. En el ADN de la fundación CEU destaca, por encima de todo, una visión integral y formativa de la educación. Y eso implica ir más allá de lo académico. Significa acompañar a nuestros alumnos en su proceso evolutivo y todo lo que eso implica, puesto de manifiesto en la acción tutorial. En este sentido, la institución CEU fue pionera en la figura del profesor tutor, pieza clave de este acompañamiento y educación personalizada e individualizada en la que tanto nos involucramos. A través de diferentes programas formativos trabajamos ámbitos tan importantes como la Educación para la Salud, donde nos centramos en temas tan relevantes como la formación de hábitos o el buen uso de las redes sociales, o la Educación Emocional, donde desarrollamos aspectos fundamentales como la autoestima, las habilidades sociales, las relaciones de grupo o la asertividad.
En definitiva, nuestra apuesta por la formación en alto rendimiento pasa por fomentar que nuestros alumnos aspiren al máximo de sus capacidades, tanto en el ámbito académico e intelectuales como en el personal y formativo. Será la adecuada y proporcional combinación de ambos lo que hará que consigamos nuestro objetivo como Colegio CEU: formar personas íntegras, responsables y libres.