Las soft skills: preparando a nuestro alumnado para el futuro
Cada vez más, en el mundo profesional los reclutadores dan más valor a las soft skills (literalmente, competencias blandas), que a la experiencia o a la titulación. Un buen ejemplo de ello son las conclusiones de este reciente informe de LinkedIn, en el que se detallan las competencias que más valorarán las empresas en este año 2019.
Puesto que educamos a nuestros alumnos con miras al futuro, en nuestro Colegio CEU San Pablo Valencia, queremos ir más allá del desarrollo de las skills “duras”, las adquiridas con el estudio.
Los valores, la inteligencia emocional y la capacidad para adaptarse a los cambios son los grandes protagonistas, pues las soft skills están relacionadas con lo no cognitivo, es decir, con los aspectos intrapersonales y también los interpersonales.
¿Cuáles son las principales soft skills?
Desde el área de la educación se contempla:
- La capacidad para resolver problemas complejos: va de la mano de la creatividad, la innovación y la habilidad para adaptarse.
- La capacidad de reflexión: hablamos de desarrollar los pensamientos crítico y analítico.
- Las habilidades para comunicarse, negociar, colaborar con otros, escuchar y organizar.
- El interés por el trabajo en grupo y colaborativo.
- La inteligencia emocional: esto incluye la correcta gestión de las emociones, así como la solidaridad, la flexibilidad, la empatía o el optimismo.
- La cultura general y predisposición a formarse de forma continua.
- La motivación, el liderazgo, la iniciativa, la curiosidad.
- La autonomía y responsabilidad, así como una buena gestión del tiempo.
- Los valores y principios éticos.
- El lenguaje corporal y no verbal.
¿Cómo las potenciamos desde el aula?
Los estudiantes se convierten en verdaderos protagonistas de un aprendizaje sobre todo práctico, en el que juegan un papel fundamental las metodologías activas, como el ABP (Aprendizaje Basado en Proyectos), entre otras.
En este marco, es clave para los educadores tanto la actualización constante, como plantear las clases con flexibilidad y fomentar la iniciativa y la participación del alumnado. Asimismo, esta educación en competencias permite que sean los propios alumnos los que evalúen su desempeño. De esta forma ganan en autonomía y capacidad de auto análisis, detectando de forma honesta sus puntos fuertes y débiles.
Con el uso de las TIC, además de trabajar la imprescindible competencia digital, se alientan la creatividad y la motivación, por lo que son un recurso muy útil para estimular las soft skills. Además, ayudan a poner en práctica, desde aquellas habilidades relacionadas con el trabajo cooperativo, hasta la oratoria, competencias que los estudiantes deberán manejar para mostrar sus proyectos al resto de compañeros.
Estas son herramientas muy necesarias para la etapa formativa y la profesional, pero también para la vida en general, por lo que educar lleva implícito promover este tipo de competencias. Sin embargo, no hay que perder de vista que se deben complementar con las hard skills, que adquirirán nuestros alumnos a lo largo de sus años de Colegio e irán creciendo a medida que consigan experiencia laboral.